Se trata de un paisaje de colinas escarpadas, de unos 400 metros sobre el nivel del mar, surcadas por riachos que forman caídas de agua y remansos. Se encuentra cercana a la localidad del mismo nombre en el departamento de Paraguarí.
Es pequeño en superficie, pero biológicamente diverso y enfrentando a grandes perturbaciones. Una red hidrográfica, impone su sello al paisaje que se caracteriza por suaves lomas entalladas en rocas sedimentarias, cristalinas y volcánicas. El área del parque, coincide con una zona de importancia de las misiones jesuíticas.
El paisaje posee una cubierta vegetal que se ajusta al cambio de las condiciones climatológicas, acaparando desde los bosques en galería y de terrenos pantanosos situados en las inmediaciones de los cursos del agua, hasta el bosque subtropical húmedo mixto, cuyas especies dominantes son el guatambú, laurel negro, cancharana, cedro y palo rosa.
Todo el espacio que rodea al parque, es representativo del proceso de ocupación del espacio.